Corazón sobre locomotora diésel en Zarandas. Foto: Antonio Romero |
- por tí, por mí, por los dos:
qué más da-
no te apures por los cristales rotos,
demasiada la metralla en el cuerpo.
Y, no te apures, ya no hay armisticio
posible sin esas banderas blancas
que taponan las armas vencedoras
en batallas perdidas,
-más tú, o más yo, o los dos:
qué más nos da-,
si sólo existe un silencio de muertos
en nuestra paz soñada.
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