ExpoGálvez2012

37 poemas para 37 cuadros: Antolojía, de Martín Gálvez

El pintor,  Martín Gálvez y la periodista  Carmen Alcázar,
 el día de la presentación de la exposición Antolojía. 
en el Museo Vázquez Díaz de Nerva  

Cuando el artista Martín Gálvez me pidió que ilustrara sus cuadros de esta exposición en nuestra tierra, no pude ni quise negarme ante todo lo que este ‘pintorajo’ -como el mismo se llama en señal de humildad y sencillez- y su arte significan para mí y mi poesía. Sus conversaciones infinitas, como yo las llamo, han insistido de manera constante en el desarrollo de mi afición por la pintura y por la poesía. Suponen para mí, "poetisa en ciernes", todo reto, un honor y una responsabilidad: la de acercarme, aunque sea de lejos al nivel artístico de este grande de la pintura nervense. 

De esta forma, los versos que se muestran en esta Antolojía emanan principalmente de ese “hueco entre cuadro y cuadro” del que me hablaba Martín Gálvez aquí en la exposición del Museo "Artistas Locales I" en 2010: de la intrahistoria de cada una de sus obras, a veces hiperreal, otras cercanas a la abstracción, pero eso sí llena de símbolos y de metáforas. Porque en Martín Gálvez todo es poesía: sus poemas toman vida en los óleos y sus pinturas se componen a pinceladas de poesía. Esto que acabo de decir que puede chocar y sorprender si no se conoce el paso previo por el que pasan cada una de sus obras: de su mente a un folio y en forma de versos que orientan y dirigen al pincel, pero que una vez representado en el cuadro, tal poema inspirador arde en llamas. Sí, como lo escuchan, quema sus textos e incluso sus cuadros ya terminados por sus constantes ansias de perfección. 

De seguro, estos poemas envueltos en mis sensaciones ante sus pinturas, -azules siempre-,  no tengan nada que ver con los originales del artista, pero lo que sí he intentado plasmar en todos y cada uno de ellos es la constante intercomunicación entre versos y pinceladas, pintura y poesía, arte y vida que cohabitan este gran artista nervense que hoy por fín recibe de su tierra el homenaje pendiente y más que merecido. 

Gracias, Martin Gálvez, Muchísimas gracias por todo.

Carmen Alcázar

Nerva, a 7 de agosto de 2012

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