"No te calles. Rompe el silencio", de Ana María Rosal |
subiendo
la escalera. A prisas, busco refugio
en el último cuarto,
ya me arrincona el miedo,
ya me aferro a mi cuerpo.
Se me acerca. Comienza su ritual
de boxeo ebrio.
Siento
un frío metal clavado en mi pecho.
Ya refugiada en la caja de pino,
suspiro mis sueños en blanco y negro.
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