Tormenta, Antonio Romero |
SI el invierno adolece tu esqueleto
ya inerte
y vibra sin barrenos;
Si la llovizna quiebra tu silencio
y se pierden tus hierros en lo obscuro;
déjame hoy, Rotilio, escribir los versos
que te salven de la tormenta,
del abandono y su lamento:
déjame
rescatarte del olvido a destiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario