Es en vano. A mi paso
se ceba la piedra atada al tobillo
desde hace tiempo
mientras se escarpa el suelo.
Ya se alejan,
se me escapan las horas.
Ya se acerca, se me acelera el vértigo.
Es en vano. Ya flácido
cae mi cuerpo
sin avistar el punto kilométrico
que mate ya este miércoles
de peso muerto.
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