Acércate. Suplicas con tu pie
inquieto en el sofá.
Búscame. Gritas tenue con tu risa
rasgada entre las sábanas.
Mírame. Ya susurras con tu voz
vacilante hacia mi oido.
Y yo apenas me acerco
ya ni te busco, ya apenas te miro:
Insaciable deseo refrenado
por las alas ausentes en mi cuerpo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario